Limpiar alfombras muy sucias puede convertirse en un verdadero dolor de cabeza, por tal motivo siempre será recomendable realizar un mantenimiento regular de esos preciados objetos de decoración, que embellecen y otorgan calidez a los ambientes. No obstante, si llegaste hasta aquí, es porque ya estás en un estado de emergencia y con este artículo, vamos a ayudarte a salir de él.
¿Qué debes tener en cuenta para la limpieza de alfombras muy sucias?
Sin lugar a dudas, lo primero que debes tener presente es el material con el que ha sido fabricada la alfombra. De eso dependerá el o los productos que podrías utilizar para quitar la suciedad, sin estropear las fibras o generar otros daños aún peores.
En las diferentes secciones de esta web, encontrarás más información al respecto.
Dejando de lado eso, y si está dentro de tus posibilidades económicas; no sería una mala idea recurrir a un servicio especializado, que seguramente contará con herramientas y productos destinados específicamente a limpiar alfombras muy sucias, sin riesgos y devolviéndoles el esplendor que tenían cuando eran nuevas.
Usar vapor para lavar la suciedad de las alfombras
Mediante la utilización de las llamadas vaporetas podrías conseguir muy buenos resultados, no solo en cuanto a la limpieza de la suciedad acumulada en las alfombras o las manchas que hayan aparecido en la superficie, sino también para desinfectarlas.
Importante: antes de iniciar este procedimiento, deberás aspirar el polvo acumulado.
En el caso de las alfombras o moquetas muy sucias y con mugre difícil de despegar; podrías incluir otro tipo de productos, recordando siempre que no se deben colocar directamente en el depósito de la vaporeta, porque eso acarreará problemas con el funcionamiento de dicho electrodoméstico.
Truco casero para limpiar alfombras muy sucias
A las batallas complicadas hay que ir con armas potentes, pero siempre tomando las precauciones del caso. En esta oportunidad, nos referimos nada menos que a la utilización de amoníaco para la limpieza de alfombras muy sucias.
La variante para uso casero de este gas incoloro suele incluir un porcentaje muy bajo del compuesto químico (entre el 5 y el 10%), pero aun así debe operarse con extremo cuidado.
El amoníaco se emplea comúnmente para limpiar metales, cristales, porcelana, etc.; cumple con creces su tarea, pero resulta muy tóxico. Puede irritar los ojos y la membrana mucosa, además de afectar la piel, por lo que se recomienda el uso de guantes y mantener el ambiente bien ventilado.
Atención: nunca se debe mezclar con blanqueadores.
Procedimiento para limpiar moquetes y alfombras con amoníaco
Para quitar la suciedad de las alfombras con amoníaco, combina 100 milímetros de este con un litro de agua tibia. Mediante un rociador aplica el preparado por sectores y ayúdate con un cepillo para frotar la superficie sin ejercer mucha presión para no afectar a las fibras.
Con este mismo objetivo, es conveniente realizar primero una prueba en alguno de los bordes de la alfombra para determinar qué tanto la podría perjudicar el químico.